Fotografía Food Styling para mostrar el estilo único de tus platos

El Food Styling ha pasado a ser imprescindible para muchas marcas líderes en un mercado en que desean aumentar las ventas de sus productos. El estilismo y la presentación, que se muestra en cada comida fotografiada con esta técnica, estimula todos los sentidos del espectador, hasta conseguir esa necesidad irrefrenable de probar todos los sabores que se muestran en la imagen.

Entre las publicaciones editoriales, el auge de las redes sociales y los programas gastronómicos en televisión resurge con fuerza este perfil y estas técnicas, que hoy en día son considerados practicamente un arte. El Food Styling nos presenta la magia del estilismo en los alimentos a través del objetivo y la creatividad, con lo que podemos conseguir:

• Captar una atención real del espectador
• Fortalecer la imagen de tu marca
• Atraer más seguidores y potenciales clientes para tus redes sociales
• Aumentar el porcentaje de cierre de ventas

Con todas estas virtudes, debemos reconocer que el Food Styling va más allá de la mera decoración de un plato, y es que la esencia de esta técnica radica en lograr que el plato nos cuente su historia, ofrezca una narrativa poderosa y nos deleite con su brillo, frescura y sabores que conecten con nuestros sentidos y despierten ese deseo consumo tanto en el corto plazo como a medio y largo plazo.

Una obra fotográfica que genere cierto impacto no es producto del azar. Hay una serie de procesos previos muy importantes para lograr una buena fotografía. Se requiere dominar habilidades y conceptos estéticos desarrollados a través de la experiencia. Combinación que permite el desempeño preciso para cada proyecto. Si queremos lo mejor, se requiere que estemos conectados con cada proceso que hace posible la excelencia en Food styling. Es importante combinar algunos elementos claves que hacen posible la imagen perfecta mediante técnicas de food styling:

La composición, es uno de los elementos imprescindibles para organizar las formas, las estructuras, los tamaños y los colores de cada ingrediente manteniendo el centro de impacto en torno al plato principal. Componer es a menudo una de las tareas más complejas, ya que debemos añadir objetos de atrezo que acompañen y complementen la narrativa sin entorpecer y desvirtuar al protagonista.

Los Ángulos y perspectivas, es importante generar encuadres originales, que muestran la naturalidad de la imagen y que despierten el interés de nuestro público objetivo y sobre todo que despierten el apetito. Estamos acostumbrados a ver el mundo de una forma subjetiva con una visión a 45 grados, cualquier punto de vista diferente va a llamar la atención del espectador, vistas cenitales y rasantes son una llamada de atención incuestionable y muy potente a la hora de mostrar alimentos.

La Combinación de texturas y de colores, una parte importante de la composición se encuentra en la combinación acertada de las texturas juntamente con los colores, de forma que puedan transmitir el dinamismo y la personalidad del producto o el plato. Es importante mezclar bien estos conceptos, lo cual pasa no solo por el manejo de una buena parte de la teoría del color, sino de como combinan ciertos materiales y como encajan en las tendencias o estilos geográficos y culturales.

La edición, o también conocida como la fase de la postproducción, donde es primordial darlo todo para alcanzar un toque de magia sin que parezca falso y potenciar cada detalle. Durante esta fase se busca conseguir la máxima expresión, rozar la perfección de la foto y que el espectador quede atrapado, cautivado por la imagen.

Uno de los retos más complicados y sin duda el objetivo fundamental del Food Styling, transmitir al espectador la frescura de cada uno de los ingredientes que conforman el plato. Esto combinado con los recursos para obtener colores en todo su esplendor, (recordemos los usos de bicarbonato con los vegetales) sumado a la aplicación de una iluminación perfecta, harán que podamos mostrar la imagen de un plato espectacular, como recién salido de la cocina y listo para degustar.

Cada ingrediente es protagonista y se convierte en centro de impacto visual, cada color y cada textura aportan el brillo necesario para atraer la atención y despertar el apetito de quienes contemplan la imagen.

El estilo y composición de la imagen son una invitación a saborear lo que visualizamos. Nuestro subconsciente trabaja muchas veces más rápido que nuestra consciencia y es por eso que las técnicas de Food styling así como la creatividad van de la mano para crear una atmósfera atractiva. Existen formas, estructuras y múltiples combinaciones de color y textura que van a causar efectos anímicos en nuestros espectadores, por lo que la combinación y disposición de todos los ingredientes en la fotografía aportaran el estilo y el brillo que la imagen del producto, la elaboración o el emplatado merecen.

Con la premisa de crear las fotos más apetitosas y que despierten emociones inmediatas, debemos enfocarnos en que nuestra imagen cumpla con unos principios básicos de composición. Podemos olvidarnos de la regla de los tercios, que, aunque es muy recomendada para principiantes a veces nos coarta y si es bueno tenerla en cuenta, pero para poder explorar encuadres más creativos sin llegar a ser perfectos. Hay estructuras y formas geométricas como el triángulo, la espiral, el circulo que pueden darle la naturalidad y el ritmo a la imagen que marca la diferencia. Consideremos que el estilo, la composición, la iluminación y el entorno son aspectos primordiales para crear una imagen de impacto.

Tal como hemos comentado el Food Styling aborda diversas técnicas que tienen como objetivo lograr el mejor estilismo gastronómico y realzar la apariencia de los alimentos. La combinación de estas técnicas con la creatividad y la planificación previa van a garantizar siempre imágenes grandiosas y diferentes.

La disposición de los ingredientes, recordemos siempre que éstos deben realzar al alimento o el plato principal. Cada elemento e ingrediente debe aportar a nuestra narrativa y así debe ser dispuesto, sin robar protagonismo y de manera atractiva. La naturalidad suele ser un gran aliado, no recargar demasiado y considerar siempre la ubicación orgánica de todos los elementos, muchas veces una disposición que parezca aleatoria resulta natural para captar el interés del comensal.

El Entorno y los utensilios, una vez definido el marco en que sucede la imagen de acuerdo con las indicaciones del cliente o la agencia, definimos los elementos que formarán el entorno y por tanto el estilo en el que se sitúa nuestra elaboración, producto o plato. Todo ello va a desarrollar y profundizar en la narrativa de la fotografía complementando la historia. Si vamos a un minimalismo moderno o un estilo rustico tradicional afecta profundamente a la narrativa de la foto, por ello se planifica la inclusión de la utilería necesaria para embellecer, aportar narrativa y acompañar al protagonista con naturalidad.

La iluminación, aunque no es una tarea del o la estilista, las técnicas de iluminación aplicadas según la fuente de luz, ya sea natural o artificial, van a potenciar o disimular muchas de las opciones presentadas por el food stylist, por ello es imprescindible la coordinación de los equipos para obtener el resultado deseado. Creamos así la atmósfera lumínica acorde con la estética planteada desde el equipo de arte y estilismo, siempre supervisada por fotógrafo. agencia y cliente.

Desde los ángulos, De la misma manera que con la luz, el fotógrafo como director del trabajo debe coordinarse al 100% con el equipo de arte. En ocasiones es el fotógrafo quien ejerce el rol de estilista, en cuyo caso asumimos que no hay fisuras. Uno de los aspectos primordiales en el food styling es trabajar pensando en el encuadre, gracias al ángulo adecuado lograremos la perspectiva ideal para el enfoque de nuestro producto o plato. Considerando siempre la estructura del protagonista como algo esencial. Por ejemplo, el encuadre no podrá ser igual de valioso si es un plato plano o un plato con volumen o cierta altura.

La historia de una pizza a través del Food Styling

Apliquemos algunas ideas a modo de ejemplo de lo que sería un trabajo de Food Styling en un producto como la Pizza. Cuando ésta es la protagonista, tanto en foto como en vídeo gastronómico, haremos que nos cuente su mejor historia, una historia vibrante que recorra su proceso hasta el horno de leña, partiendo desde los ingredientes más básicos y naturales, su combinación de sabores y frescura, los cuales vamos a capturar con todo el esplendor de texturas y color. Todo ello proveniente de sus diversos ingredientes, harina, aceitunas, hojas de albahaca, pimientos, tomates y en definitiva todos los que realcen la imagen. Recordemos que añadir ingredientes frescos de un producto refuerza el concepto de trazabilidad y confianza, si vemos los ingredientes al natural el producto se ve reforzado en un concepto tan potente como la forma de hacer artesana, natural y por tanto sana.

Ya hemos reseñado la importancia del encuadre, por lo que podemos decir que para la pizza como en otros platos lo ideal es realizar tomas desde diferentes ángulos, sin embargo, por tratarse de un plato plano y carente de estructura vertical, la toma cenital será una de las más interesantes. También el punto de vista subjetivo será

siempre una opción, pero mucho menos sorprendente para el espectador, ya que todos contemplamos el mundo de esta forma, en 45 grados. Por tanto, colocando el equipo estratégicamente elevado y enfocando desde arriba este tipo de platos, nos aporta una vista cenital, original y diferente.

Al fotografiar una pizza buscamos transmitir lo apetecible de sus sabores y su frescura, resaltando que está recién salida del horno. Para lograr esta escena, se pueden utilizar tipos de quesos más cremosos que sean sencillos de manipular y lograr ese punto en que se deshilachan de forma provocativa. También podemos acompañar de humo artificial o calentar al microondas un pedazo de algodón húmedo que colocamos tras el alimento. Técnicas que nos sirven para contar que el producto está caliente, recién hecho y en su punto de jugosidad. A menudo en las sesiones se pintan las superficies con glicerina incolora para aportar untuosidad, ya que la lucha contra el reloj es implacable y los alimentos se deshidratan muy rápido.

Para complementar la historia, tal como decíamos antes, el entorno forma parte de un todo, la envolvente o la base de la narrativa, que debe ser cuidadosamente planificada para darle a la escena el contexto adecuado según sea el caso. El entorno puede contarnos en este caso, con la disposición de elementos, ingredientes y utensilios, que estamos en la cocina tradicional de la Nonna a punto de hacer la mejor pizza artesana en horno de leña que te puedas comer.

Un food stylist es el experto que requieres cuando quieres llevar tus sesiones a un nivel más elevado. Como es natural el fotógrafo no puede hacer todas las funciones a la vez y aunque muchos fotógrafos adquieren estas habilidades parea sesiones pequeñas si quieras que tus productos o platos se presenten de forma aún más atractiva y profesional es indispensable contar con estos perfiles separados. De esta manera se especializan las tareas y se mejora de forma exponencial el resultado, cosa que sirve para atraer en mayor medida toda la atención de tu público, aumentar las ventas, posicionar tu marca y conseguir que tus platos y productos causen impacto en web, medios de comunicación, tus redes sociales, TV o tu propio restaurante.

Las sesiones fotográficas comerciales suponen un despliegue técnico, creativo y estratégico dirigido por el fotógrafo, en perfecta coordinación con el especialista en Food Styling, el Chef, los asistentes técnicos y el equipo de producción. Además, por lo general un Food Stylist debe estar familiarizado con todas las habilidades y conocimientos en fotografía juntamente con los culinarios necesarios para lograr conectar con el equipo de imagen y de cocina. De la misma forma un fotógrafo especializado en alimentos debe tener conocimientos estéticos y de técnicas de Food stylist, así como habilidades culinarias que permitan a todo el equipo hablar el mismo idioma. Solo así se puede obtener la excelencia en la imagen gastronómica.

Pablo Gil  es fotógrafo y director de fotografía especializado en producto e imagen gastronómica con 25 años de experiencia en el sector audiovisual. Formado en el N.A.D. de Montreal y el Centro Internacional de Fotografía y Cine EFTI, desde 2011 dirige su propia productora audiovisual, Kamándula Producciones. Pablo ha fotografiado platos con Estrella Michelin y abordado campañas con agencias publicitarias, firmas multinacionales, medios de comunicación y grandes grupos de alimentación. Desde 2014, ha dirigido «Workshops» para fotógrafos profesionales y aficionados. Ha sido también formador oficial de Capture One Pro (2017), “Sony Europe Imaging Ambassador” (desde 2018), «Profoto Legend» (2019) y profesor de la especialidad de producto (Escuela «TooManyFlash», Madrid).

Autor de los libros: ‘Fotografía de Producto y Publicitaria‘ 2022 y ‘Fotografía gastronómica creativa‘ 2024

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